¿Diseño Fortuito?

El diseño inteligente, es aquel que contempla cada uno de los aspectos que constituyen al objeto en sí; desde la selección de los materiales, los procesos de manufactura, la tecnología aplicada, los acabados del producto, etc.

La manera en que el diseñador relaciona todas estas circunstancias alrededor de la fabricación de un producto, es lo que marca la diferencia entre un objeto memorable y un artículo cotidianamente indiferente.

Es por esto, que el análisis de la apariencia de los objetos resulta tan interesante (como se podrán haber dado cuenta leyedo el blog, el tema me apasiona), ya que a través de su aspecto formal, los productos nos hablan de la manera en que fueron concebidos y para qué han sido creados.

A fin de explicarme con mayor claridad, a continuación presento un breve análisis de uno de mis objetos preferidos, se trata del mando Axial que se desprende de la línea Axolute.

Su diseño es innovador, ya que muestra la constante alineación de las teclas incluso durante o después de su accionamiento; dicha característica nos habla de cómo el artículo está enfocado a preservar un orden visual absoluto e infranqueable.
El mando Axial está conformado a partir de volúmenes planos y una balanceada combinación de materiales, que en conjunto generan un aspecto formal abstracto y elegante.

Una doble capa de barniz confiere a las teclas; un peculiar efecto “lente” que acentúa su brillo, evitando las huellas de los dedos.

En la superficie de las teclas destaca una diminuta gema iluminable proveniente de un led azul; detalle que facilita su localización tanto táctil como visual, incrementando con esto el potencial funcional del producto y su moderna estética.

Como podemos observar en la imagen, los colores, las texturas de las superficies, las dimensiones de sus componentes, etc, se relacionan entre sí de manera complementaria. Con lo anterior queda demostrado, que en el diseño nada es casualidad, todo es consecuencia de un armonioso trabajo multidisciplinario que obedece a una función.

La manera en que se maneja esta ambivalencia estético-funcional de los productos, es en donde radica verdaderamente su belleza.