Parte de la naturaleza del ser humano está compuesta por una integridad intelectual que en los últimos tiempos se ha visto un tanto coartada, debido a lo digital de nuestra era, en donde la gran mayoría de los estímulos con que nos desarrollamos y convivimos surgen a partir de medios artificiales.
Dicha esterilidad, nos alcanza desde nuestros primeros años de vida a través de los juguetes multifuncionales con secuencias interminables de luces y sonidos; éstos se manejan prácticamente solos, manifestando una predisposición a determinados escenarios de juego, que lejos de fomentar la creatividad e imaginación de los niños, encasillan sus ideas a formatos predeterminados de diversión.
Afortunadamente, aún existen empresas comprometidas con el desarrollo integral de la mente de los niños. Playsam es una de ellas, sus productos incitan la mente infantil mediante su simpleza formal y funcional. Esta empresa sueca, desarrolla primordialmente vehículos a escala que son fabricados en madera.
Dicha esterilidad, nos alcanza desde nuestros primeros años de vida a través de los juguetes multifuncionales con secuencias interminables de luces y sonidos; éstos se manejan prácticamente solos, manifestando una predisposición a determinados escenarios de juego, que lejos de fomentar la creatividad e imaginación de los niños, encasillan sus ideas a formatos predeterminados de diversión.
Afortunadamente, aún existen empresas comprometidas con el desarrollo integral de la mente de los niños. Playsam es una de ellas, sus productos incitan la mente infantil mediante su simpleza formal y funcional. Esta empresa sueca, desarrolla primordialmente vehículos a escala que son fabricados en madera.
Muy pocos diseños, son capaces de ofrecer tantas posibilidades en base a una composición tan sencilla como la de estos juguetes escandinavos. A partir de sus formas elementales, los niños podrán explorar las dimensiones su mente con libertad, tan solo para darse cuenta de que no tiene límites.
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