Un hogar, es un espacio común en el que conviven dos o más personas y que está distribuido de acuerdo a las necesidades de quienes lo habitan.
Es innegable que existen marcadas diferencias principalmente a nivel generacional y de género entre los habitantes de una casa. Esta situación se traduce en las necesidades específicas de cada individuo y es por ello que el modelo habitacional contemporáneo fomenta el desarrollo individual a través de una personalidad propia.
Esta postura ciertamente alienta el crecimiento individual lo cual es de suma importancia para la formación de las personas y las sociedades; sin embargo este enfoque, también ha generado un desapego comunitario del individuo, que constituye al hogar no como el símbolo del núcleo familiar y social, sino como la guarida de seres aislados que permanecen ensimismados en sus propios problemas y placeres.
Si bien es importante preocuparse por el crecimiento personal, no debemos perder de vista el aspecto social de nuestra naturaleza humana. La vida propia se desarrolla de manera paralela a la de muchos otros seres con los que compartimos el tiempo y el espacio y quienes ciertamente enriquecen nuestra existencia plagándola de sonidos y de color.
BTicino ha tomado esta idea y la ha transportado al hogar mediante el Sistema de difusión sonora, el cual democratiza el placer de la música permitiendo disfrutar de ella en cada rincón de la casa y al mismo respetando la individualidad y el espacio de cada persona ya que el sistema permite encender y regular el sonido en cada habitación, así como elegir la fuente sonora a reproducir, permitiéndole a cada usuario decidir cuándo y cómo ha de vivir su momento musical.
Lo verdaderamente trascendente del Sistema de difusión sonora, es el equilibrio entre individuo y comunidad englobado en el hecho de compartir el espacio sonoro de un ambiente común.
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