My room in a box

Las limitaciones del pensamiento humano no son más que vagas nociones procedentes de nuestra propia estructura mental; creemos que existen pero hasta ahora no nos hemos topado con ellas.

Inmerso en el mundo del diseño y la tecnología, me he encontrado con un sinnúmero de sorprendentes proyectos que testifican la infinita versatilidad de la mente. He llegado a concebir al diseño industrial como un ejercicio de entretenimiento mental donde convergen formas, colores, funciones, ideas y sentimientos.

Marcel Krings, es el autor de uno de los proyectos más divertidos con los que me he encontrado en los últimos años. Haciendo alusión a una modularidad extrema y mediante un perspectiva intrépida del diseño, Krings desarrolló el concepto de “My room in a box.”

El objetivo del proyecto, era confinar todos los elementos de mobiliario que conforman una habitación, dentro de una caja de 80 x 120 cm. Trabajando en equipo con Sebastian Muhlhauser logró la meta de un modo verdaderamente notable.
Sin la necesidad de herramientas, el contenido de la caja se transforma de manera sorprendente en un clóset, un escritorio, un librero, una cama etc. Por si esto fuera poco, toda la “habitación” puede ser armada por dos personas en tan solo 10 minutos.

Gracias a este proyecto, estos jóvenes diseñadores se hicieron merecidamente acreedores al Abraham & David Roenteg Award en noviembre del 2007.
Desde entonces la comunidad del diseño permanece expectante a las nuevas locuras de esta pareja de creativos.